sábado, 17 de junio de 2017

Bolero

¿Por qué tuviste que canturrear aquella canción desde el otro lado del teléfono,desde este país tuyo en el que la lluvia no cesa de caer y en el que las olas se precipitan sobre la ciudad  dejando  un rastro de conchas y medusas ?
Ya ves ;al final fui yo la que lo dejó todo para ir a buscarte ,a pesar de lo mal que le sienta el agua a mi piel.
Es verdad que mi todo era muy poco comparado con lo tuyo,pero era mío,a pesar de todo.
Primero fue tu sobrina ,que llegaba ese día de viaje y a la que tenías que recoger en el aeropuerto.Luego fue tu hermano ,que te dejaba al cuidado de su nieto. Más tarde,tu cena con los viejos compañeros del servicio militar.

Lo sé; ,lo sé .En realidad te entiendo.Sé que no debió de ser agradable ver mi pié cubierto de escamas azuladas cuando salté aquel charco y el zapato se me cayó dejando al descubierto mi secreto.
Entiendo que te asustaras  al ver cómo crecían las membranas entre los dedos con aquel olor a criaturas marinas varadas en la playa.
Te entiendo,ya lo creo que sí.Pero eso no impide que las lágrimas rueden por mis mejillas mezcladas con rímel y agua de lluvia mientras recorro la ciudad arrastrando la maleta y me digo a mi misma : de nuevo este dolor en el fondo del pecho como una llama inextinguible
.
Me pregunto si tiene sentido volver a mi casa ,a mis paseos por el parque y a  mi inspección diaria de los pájaros enjaulados en la pagoda junto al estanque. Volver ¿para qué ? ¿para sentir como un aguijón la sonrisa del guarda ?¿para doblarme bajo la mirada de la señora que cuidad los lavabos ?
Llevo tantos días caminando bajo esta lluvia que una aleta  ha comenzado a crecerme en la espalda.

Cuando termine de salir y  las escamas hayan cubierto ya todo mi cuerpo, me dejaré arrastrar por una de esas olas gigantes que acabarán llegando con la luna llena .Puede que así la llama del dolor inextinguible se apague  para siempre 

Desnudez

La madre  anciana coserva las fuerzas .Sale de la ducha y deambula desnuda por la casa :lleva ropa blanca  a la lavadora ;recoge las tazas del desayuno .La hija no puede menos que sonreir : " Es como encontrarte a la  venus de Willendorf en la cocina "  se dice.