sábado, 13 de enero de 2018

La hermana mayor

Entre las manos y la tristeza se tejían los adornos  de papel transparente para el árbol de Navidad.Se cortaba un círculo de papel y luego se doblaba hasta conseguir un pétalo múltiple que se cosia a otros pétalos.Tenía 14 años .Se sentía sola.Su madre le había buscado  un lugar en el que reunirse con más chicas. Allí les habían enseñado a hacer los adornos.Enseñaba a sus hermanos pequeños que percibían que algo estaba cambiando ,que estaba distinta,que se alejaba.Sentían que se cernía un peligro que amenazaba a lo que hasta ahora había sido la base de sus vidas:la relación de los  hermanos bajo la batuta de ella .Les leía cuentos cuando estaban enfermos;escribía obras de teatro para representarlas  Navidad…Pero ese año ella salía los sábados a otro sitio ,tenía  prisa por marcharse ,estaba impaciente mientras les enseñaba a hacer las flores.Tiraban de ella cómo podía,se enfadaban porque se marchaba.Una niebla de tristeza sobrevolaba la casa ese invierno.Nadie era feliz ,pero era imposible que todo fuera por su culpa.No podia con tanto peso y no podía evitar el deseo de salir corriendo o volando.Huyendo de sí, huyendo de esa familia,de la madre ,del padre y su tristeza y manto de fracaso.

Ni siquiera sabía si era una buena hermana o si sólo representaba bien su papel ,obediente a los dictados de la madre

El autobus

 El autobús  descendió con brío   por la calle   Alcalá    .Hizo un alto  frente a la iglesia de San José    para recoger a unos pasajeros y  comenzaba a adentrarse en la Gran Vía  cuando  pareció pensárselo mejor y se detuvo    unos metros más  allá de la parada.
 Se escuchó una algarabía de voces hablando en italiano al pié   de la puerta de entrada. Los dueños del nutrido grupo de voces comenzaron  a subir  al autobús  , organizados en una alegre cola como  el   dragón  de las  fiestas del año nuevo en China.
 “ Pasen al fondo,por favor. Hagan sitio “gritó el conductor dirigiéndose  a los  pasajeros, nativos en su mayor parte ,que estaban  instalados en el centro.  
Los aludidos  comenzaron a desplazarse en  bloque    entre murmullos  de protesta ante la magnitud del grupo  que iba entrando  con el que iban a tener  que compartir el espacio
Aún en los trayectos pequeños , parece que los viajeros de los autobuses van  familiarizandose unos con otros hasta formar un grupo unido ,con identidad propia ,aglutinados en torno al conductor ,  recelosos de todo aquello que pueda destruir ese sentimiento de familiaridad momentánea .Ahora el conductor encargado de llevar a buen término a su pasaje traicionaba la confianza puesta en él así que el resquemor  de los viajeros era doble.

Haciendo ostentación de rebeldía,  una señora  algo gruesa ,con el pelo teñido de rubio   y ataviada con una camiseta ajustada y  leggins  se apoya  junto al   primer asiento que  flanquea   la entrada al pasillo del fondo,  obstruyéndolo  .Parece proclamar  “a mí no hay quien me mueva de aquí  “ pero el empuje de los   pasajeros   le obliga a echarse a un lado.
 El dragón chino avanzaba  por el interior del autobús y los italianos comenzaron a ubicarse entre bromas y risas ,indiferentes   al malestar del sector nativo ,que con cara de digno sufrimiento , vá  haciéndoles sitio y,a   la vez  recibiendo la información de los que estaban al comienzo y han presenciado lo   ocurrido .
Al parecer , el conductor se había  detenido    al ver  que alguien en la  esquina cercana a la parada  levantaba la mano. Después se había dado cuenta  de que esa persona no estaba sóla ,sino acompañada de varias personas más   pero ,cuando ha querido reaccionar ya tenía  a todos los italianos subiendo al autobús .
 “Y encima no llevan abono,sino que van comprando el billete de uno en uno.”
Comienzan a surgir las voces de protesta.
 Y  tu intentas que te paren en el último momento y    por más señas que les hagas ,“que si quieres,Catalina”
La última pasajera italiana , después de pagar su billete se quedó unos segundos  hablando con el conductor …. Después se giró y avanzó como pudo   entre los viajeros     ,rubia  y luminosa    bromeando   con sus compatriotas    rersplandeciente como una reina  que otorgara   a uno y    otro lado  el privilegio de   su sonrisa radiante   
Conforme  la venus  atravesaba  el pasillo , los    varones nativos  iban suavizando el ceño   y  la  miraban  como  habían mirado a Elena  los ancianos troyanos   sentados junto a las murallas  .Desde los asientos , Los ojos de las mujeres relampaguearon de envidia y admiración.
Y unos y otras se dieron cuenta de porqué el conductor se había detenido  en aquella esquina sin parada  

El conductor ,sonriente e iluminado por el recuerdo   de la diosa     arrancó y enfiló la cuesta de la Gran vía con su pasaje sumido en todo tipo de reflexiones.