" Comencé a comer cuando él se marchó.Hasta entonces yo era una mujer
delgada.No demasiado guapa,pero sí resultona.
Lo pasábamos muy bien,sobre todo los
fines de semana,cuando él se quedaba a dormir en mi casa.
Yo pensaba que iba a ser siempre así.Me
despertaba por la mañana y lo primero que veía era su espalda tostada. “Es
mío ",me decía a mí misma , asombrada.Me parecía una
felicidad mayor de lo que nunca había imaginado.
Poco a poco comenzó a espaciar sus
llamadas y mensajes .Estaba
distraído,condescendiente.Un día me llamó con otro nombre.
Cuando le ví cruzar la plaza riendo con aquella mujer
rubia sentí un rayo que me atravesaba de parte a parte.
No volvío más ,no contestó mis
llamadas.Ni siquiera pude preguntarle
qué había pasado ,ni cuanto tiempo llevaba con ella.
¿Cómo puede cambiar todo tanto de la
noche a la mañana ? Desde entonces no
puedo evitar comer.Lo único dulce que hay en mi vida son estas bandejas de
pasteles que sirvo ,desde hace tanto tiempo .a los clientes del barrio."
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